1. Presupuesto: Determina tu presupuesto y establece un límite claro para tu capacidad de pago. Considera no solo el precio de compra de la propiedad, sino también los costos adicionales como impuestos, honorarios legales,  seguros, gastos de mantenimiento.
  2. Estado de la propiedad: Examina el estado de la propiedad y considera si requiere alguna reparación o renovación. Solicita una inspección profesional para identificar posibles problemas estructurales, de plomería, electricidad u otros aspectos que puedan afectar el valor o la habitabilidad. Esto te ayudará a evaluar los costos adicionales asociados y negociar un precio justo.
  3. Respaldo documental: Asegúrate de obtener y revisar todos los documentos legales y financieros relacionados con la propiedad. Esto puede incluir título de propiedad, certificados de construcción, registros catastrales, verifica que la propiedad esté libre de cargas, hipotecas u otros gravámenes.
  4. Financiamiento: Si necesitas financiamiento, investiga y compara diferentes opciones de préstamos hipotecarios. Compara las tasas de interés, los plazos, los requisitos de calificación y las condiciones de los préstamos ofrecidos por diferentes instituciones financieras. Asegúrate de comprender los términos y condiciones del préstamo antes de comprometerte.

Recuerda que la compra de una propiedad es una decisión significativa y es importante hacer una diligencia debida exhaustiva para evitar sorpresas y tomar una decisión informada. Siempre es recomendable contar con el apoyo de profesionales, como agentes inmobiliarios.